Ya era la hora, tenía que asomarme a la ventana, aplaudir, vitorear, dar las gracias, y yo sólo podía pensar en esa figura geométrica rectangular que violentamente me mostraba la existencia de un mundo perturbador.
Ventanas, protagonistas secundarias de una Pandemia que recordaremos como un paréntesis en nuestras vidas.
Espejos inciertos de una realidad, escaparates que ocultan al mundo el drama de infinitas vidas.
Ventanas plagadas de protagonistas anónimos que dirimen día a día como rellenar las fisuras que van minando su existencia.
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