10 de noviembre de 2023

JAQUE A LA DAMA NEGRA

De mirada tímida y seductora, desde el País esmeralda, un joven caballero lanza reta a la desconocida Dama del Ciberespacio. La apuesta se resolverá sobre el tablero, con el ejército de capas blancas empieza la partida que dará lugar a un cruento combate. 
Un ajustado vestido de raso negro, brazos enguantados y medias de seda cubren sus largas piernas. Un collar de diamantes que lleva a su boca de forma inconsciente y su mente brillante son sus únicas armas. Los cristales empañados dejan correr las gotas de lluvia en el exterior, el follaje del parque amortigua los ruidos de la ciudad. Sentada en la alfombra, frente al fuego de la chimenea,  enciende el portátil. Al otro lado de la pantalla está su oponente, sereno, tranquilo, misterioso, observándola intensamente. Una reproducción de una obra de de Paul Klee en su camiseta  le dan ese aire de intelectual que tanto le gusta a la Dama. Sentado en el suelo, sus jogger sueltos y los pies desnudos encienden el deseo en ella, debería haber apostado algo antes de empezar la partida. 

Un saludo cortes, con reverencia incluida, y comienza el juego. 

Apertura:
Despliegue de peones, alfiles y caballos defendiendo el centro del campo de batalla.

Ella le mira para ver su reacción al primer ataque. Esboza una sonrisa ¿Estará pensando en su próximo movimiento? Una nube ilusa atraviesa sus ojos y por un momento imagina que están frente a frente, sentados en el mismo salón.

Hoy voy a vencerte, caerás en mis redes y pagarás muy cara tu osadía. Tu pelo todavía huele a la pasión que despertaste en mí el primer día. Deseo poseer tu alma, tu cuerpo, deseo besar cada poro de tu cuerpo....

Una vibración en la barra da paso a un atrevido mensaje:

Mis dedos te buscan aún tímidos. Tu sonrisa pícara anima a explorar la tenue calidez de tu piel, las mejillas y el cuello suave...mientras mis labios gozan los tuyos y tu lengua gira sobre mi pasión, acelerándola. Abrazo tu espalda y tu cintura, la presión de tus pechos sobre mi cuerpo despierta un deseo aún más profundo...y me susurras anhelos sin nombre que me llenan de deseo. Contra la pared tu cuerpo se agita, agarro tus muslos para abrirlos y subirte a mi altura. Tu cuerpo tiembla. La posición es abierta, nuestras piezas listas para el combate.

¡Será descarado! Debería abandonar la partida, apagar el ordenador y salir a mojarme con la lluvia para apagar el fuego que acaba de encender. 

Medio juego:

¡Acaba de enrocar! Mi jugada cuasi perfecta acaba de destrozármela. Va a por todas ¡no le puedo dejar ganar!

¡Otro mensaje!

Mis ojos se inflaman de deseo viendo tu sujetador caer y liberando tus pechos...miro a tus ojos y comprendo que estamos ardiendo en el mismo fuego. Beso y muerdo suavemente tu cuello, mis dedos pellizcan tus pezones endurecidos, recorren tus dulces curvas, tus pechos reclaman mis manos y mi boca ansía besar esas bellas esferas. El tiempo se ralentiza, tus gemidos me acunan, mis dedos buscan tu abdomen y siguen bajando, buscando tu gozosa fuente...tu sexo es una boca anhelante que desea y siente mis caricias. Lleno tu botón suave de placer intenso, siento tus besos desesperados mientras te toco y te abro a mí. Mi lengua, ansiosa, desciende hacia tu íntimo secreto y trata de descifrarlo, tu cuerpo tiembla y tu voz ahogada por el placer inunda mis sentidos. Beso, toco, devoro, soy tu amo, no puedes resistirte a mis deseos.

Mi amante intangible,  quiero saborearte, deseo embriagarme de tu esencia. Espera un poco, todavía no. Siento como tu miembro me reclama, ahora ya estás preparado, necesito sentirte dentro, mi cuerpo suplica que pares, mis manos arañan tu espalda, el deseo es tan intenso que duele.

¡Dios santo! No recuerdo haberme quitado el sujetador, me he dejado llevar, ha leído mi pensamiento, está mirándome fijamente ¿Acaricia sus musculosos brazos o me lo estoy imaginando?.

Concéntrate, a ver ¿a quién le toca mover? 
 
De repente, no puedes más y me súplicas sentirme dentro, lo que yo necesito. Llega la hora del ataque.

Este mensajito va a ser tu sentencia de muerte, por ser tan insolencia.

Final:

Muevo yo, ¿no puede ser? tengo un mate con caballo y reina ¡bien! Eso le pasa por insolente. No te quejes, lo estabas deseando desde el primer momento en que le viste. Vayamos despacio, este sin duda va a querer una revancha.

Tú origen del mundo es delicioso - lo ya dicho, es una persona culta, conoce la obra de Courbet, muy interesante, sé que este niño me va a volver loca - entro en él, firme, lento, suave. Me pierdo en ti, con mirada cómplice, nuestros ojos se lanzan chispas, los cierro para sentir como inundo tu ser, dejo caer mi cuerpo sobre el tuyo, llenándote y desbordando el vaso de nuestra pasión, con un vigor que me abruma, con tu sexo que me atrapa dulcemente. Como nuestras partidas de ajedrez, combatimos jovialmente y tratamos de imponernos jugando. Pero nuestras defensas están abiertas a todos nuestros ataques. Los besos suaves, ajenos al choque de los cuerpos. Los susurros obscenos, ciegos a la suavidad de las caricias. Los ojos ardientes mientras llego a tu fondo en continuos embates, para arrancar profundos suspiros de lo más recóndito de tu ser. Y así, entre tus paredes mojadas y cálidas, me derramo y nuestros cuerpos mezclados se subliman como uno sólo... Caigo sobre ti agotado, derrumbado, ha desparecido toda la tensión de nuestras cuerpos excitados, me acaricias, mientras beso tu piel de Diosa. Tumbado sobre la cama, tu cabeza reposa en mi pecho, te abrazo muy fuerte deseando que nunca acabe este momento. Habitantes de nuestro universo privado y secreto, nos sonreímos con la certeza de que pronto empezará una nueva partida. Jaque mate mutuo y glorioso.

Su aspecto despiadado era sólo una postura. No he dudado ni un momento en resolver la partida y dar mate al combatiente e impertinente caballero.

Otro mensaje: "Let's play?"
         
- ¿En tu casa o en lamía? (enviar) 






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