Se me fue 2021, ¿asomada a la ventana? tal vez. Un año de cambios radicales, el horizonte es distinto, las calles por las que paseo han cambiado y el equilibrio del espacio que habito amenaza con derrumbarse cada día. No es miedo, es un estado de alerta constante, una aventura en la que en cualquier minuto puede producirse un giro en mi/tu/ nuestra historia. Nada, alegría, tristeza, decepción, esperanza, no siento nada. Sólo observo como fluye el tiempo, como se suceden los días estando presente en cada momento. He dejado de asistir a mi vida desde la butaca de un cine, saboreo cada momento de mi triste existencia, dulce o amargo, qué importa, soy consciente de todo lo que me sucede y no espero nada, todo está bien así, he cumplido uno de esos deseos que piensas imposibles. El resto, de príncipes o héroes, que elija el destino.
Fotografía- Edouard Boubat |