No, no es así, se dice "mariposas en el estómago", ya lo se, pero es que yo las tengo en el corazón. Igual esto es un principio de infarto y yo en lugar de irme a urgencias me pierdo en divagaciones poéticas. Realmente noto como revolotean sus alas de mil colores en mi pecho.
Tan solo el haber soñado contigo me tiene alterada todo el día, fue tan real la sensación que no pudo ser sólo un sueño mío. Tal vez algún ser mágico, enternecido por este tormento, decidió unirnos en una dimensión extrasensorial efímera. Ese amor imperecedero en el tiempo, adormecido en tu interior, esos besos de reencuentro, esa sensación de estar arropada por tus brazos, sentir tu cuerpo pegado al mío, es imposible que haya sido un sueño. Necesito materializar estas palabras para que mañana, pasado o dentro mil años, cuando haya perdido la memoria, pueda volver a sentirlo. Que ganas de hablarte, de decirte que te necesito, que quiero tocar tu piel, besar tus labios, sentir tu fuerza, ¡Dios! ¡Cómo me cuesta saber que estás al otro lado de la red y no puedo decirte nada! Tengo miedo de que en cualquier momento salgas volando como un pajarillo asustado y nunca más volver a saber de ti, que te suceda algo y se quede muda tu cuenta en cualquier red social.
El dolor que siento al despertar y descubrir que tan solo ha sido un sueño se compensa con esa sensación de felicidad plena que me embarga al haberte tenido mientras dormía. No importa, siento que estas conmigo e imagino que en algún momento del día piensas en esa persona anónima que soy yo para ti, ¿sientes curiosidad por saber quien soy? o realmente hace tiempo que lo has descubierto, es posible, me cuesta mucho no desvelarte mi secreto y si no lo hago es por ese miedo a perderte para siempre. Aunque no te tengo sé que estás ahí, al otro lado y con eso es suficiente para mí.
Edouard Boubat, París